Producidos por artesanías Moca las colecciones de adornos y artesanías Moca se basan en el rescate de la mascarada costarricense, a su vez herencia de los cabezones españoles.
Cada pieza es esculpida y pintada a mano en madera. Los mantudos incluyen a un personaje abajo.
Sobre la mascara Costarricense.
Hace mucho, mucho tiempo, en las coloridas calles de Costa Rica, se desataba un alboroto festivo como ningún otro. La gente se preparaba para la mascarada, una tradición que fusionaba lo mejor de dos mundos: lo español y lo indígena.
Imagínate: el sol brillando, tambores resonando y máscaras de madera talladas a mano. Los “mantudos” o “payasos” salían a bailar por las calles, sus rostros ocultos tras máscaras grotescas y risueñas. ¿Por qué? Porque la mascarada no era solo un baile; era un acto de rebeldía, una forma de burlarse de las jerarquías y las normas establecidas.
Los mantudos se movían al ritmo de la cimarrona, esa música vibrante que te hace querer mover los pies sin parar. Y mientras danzaban, lanzaban fuegos artificiales al cielo, como si desafiaran a las estrellas mismas.
¿Sabes qué es lo más curioso? La mascarada no solo era diversión. Era un recordatorio de nuestras raíces prehispánicas. Antes de que los españoles llegaran con sus gigantes y cabezudos, las comunidades indígenas ya tenían sus propias máscaras. Los diablitos de Boruca, por ejemplo, eran figuras enmascaradas que representaban la lucha entre el bien y el mal.
Así que, en resumen, la mascarada costarricense es como un torbellino de historia, música y risas. Es un pedacito de nuestra identidad que sigue vivo, desafiando el tiempo y las convenciones. 🎭🇨🇷
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